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Imagen del Puero de Brenes desde el pozo de entrada de la mina. Foto: José Millán. |
Situación y contexto
arqueológico:
La mina de agua que nos ocupa se haya situada a la entrada de la Localidad Sevillana de Carmona, en un paraje conocido históricamente como “Puerto o paso de Brenes”, y no por alusión a la cercana localidad de ese nombre. Se desconoce con precisión la etimología del vocablo “Brenes”, tan común en Andalucía, si bien algunos estudios consultados lo asocian al vocablo de origen islámico “breña” que significa “valle agreste y quebrado” lo que podría perfectamente ser aplicable en este caso, ya que el Puerto de Brenes esta formado por una especie de barranco que cae desde la zona alta de la colina en dirección Suroeste, hacia la Vega. Como todos los pasos naturales que existen en la colina de los Alcores constituye un lugar estratégico y no sólo como vía de comunicación también por la abundancia de agua procedente de unos conductos subterráneos que son el objeto de este estudio .
En toda la zona existen vestigios de asentamientos primitivos, que abarcan desde el neolítico hasta la
ocupación romana y muy posteriormente preindustrial cuando se construyeron dos molinos hidráulicos harineros que aprovecharon el caudal de agua preexistente y destacando que se haya a apenas 700 metros de la conocida y singular “Necrópolis rormana
de Carmona” en el extrarradio de la ciudad. Actualmente la zona se haya muy
deteriorada por su antiguo uso como
cantera de limo, más recientemente como vertedero y por las grandes remodelaciones que
se han realizado sobre el terreno para
el soterramiento de una conducción de aguas residuales que han destruido la casi totalidad del yacimiento.
En la zona se haya situado el
singular edificio conocido como “Fábrica de anís los Hermanos”, destilería
creada el año 1.880 sobre los restos de un molino hidráulico construido probablemente a finales
del siglo XVII. Uno de los aspectos más destacables de este peculiar edificio
excelentemente conservado son que sus cimentaciones y parte de
la sala subterránea donde se situaban los rodeznos parecen de origen romano,
tal como ya constató el arqueólogo Gorge Bonsor hace más de un siglo y que
consideró que originalmente pudieron ser unas termas.
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Plano del Puerto de Brenes con la Fábrica de Anís donde se puede ver la atarjea que abastecía el molino hidráulico. Foto:José Millán. |
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Sala de rodeznos del Molino de la Fábrica de Anís, donde se identifican las cimentaciones romanas. Foto:José Millán |
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Interior del molino de la fábrica de Anís. Foto extraida del archivo de "Los Hermanos anís" |
El agua que alimenta al molino de la Fábrica de Anís llega por una atarjea elevada que capta las aguas de la mina a trabes de
una acequia enterrada. Dicha acequia es un conducto elaborado
con muro de ladrillo y cubierta de piedras planas. Tiene
una sección
de unos cincuenta centímetros de alto por
apenas cuarenta de ancho. Junto
a este conducto hemos descubierto una arqueta parcialmente enterrada y que
según parece era una derivación ya anulada de las aguas hacia unas fincas
cercanas. La atarjea esta realizada
combinando mampostería e hiladas de ladrillo con terminaciones de enlucido de
cal, técnica habitual en todos los molinos harineros construidos a
finales del S.XVII en los Alcores. Todo el edificio que abarca tanto las
dependencias del molino como la casa del molinero esta hecho
de ladrillo, si bien también existen muros de
mampuesto en las zonas inferiores. El edificio ha sufrido algunas
restauraciones recientes para darle su funcionalidad de fábrica de licores,
usándose parte del caudal de agua de la atarjea para el enfriamiento de los
alambiques, si bien una gran parte del mismo sigue ejerciendo su primitiva
función de alimentar el cubo que desemboca en la sala de rodeznos.
La atarjea , al igual que las fachadas del
molino,
presenta señales de diferentes restauraciones
más antiguas, como la que hemos podido registrar por una inscripción hecha a
carboncillo sobre el mortero de cal interior del canal de la atarjea
y que reza “se arreglo el 1926”. No hemos encontrado referencias históricas concretas
sobre la fecha de construcción de
este
molino, sólo en lo referente a su transformación en destilería. Existe la creencia de que fue un molino árabe pero nosotros no hemos encontrado ni referencia escrita ni prueba física que lo demuestre.
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Interior de la acequia que lleva el agua hasta la atarjea que alimentaba el molino de la fábrica de anís. Foto: José Millán |
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Grafiti hecho a carboncillo de una restauración de la atarjea realizada en 1926. Foto:José Millán. |
A apenas cien metros del Molino de la Fábrica de Anís y en dirección a la Vega
encontramos los restos
de otro molino similar pero totalmente destruido por el abandono y el
hundimiento de los terrenos arcillosos sobre los que está edificado. Este
molino utilizaba el mismo caudal de agua
que era derivado por atarjeas de molino en
molino, manteniendo la altura hasta el cubo. Este
sistema de molinos consecutivos suele ser
habitual en los Alcores. En la catalogación arqueológica que hemos consultado
reza, al igual que la fábrica
como un edificio
de “época preindustrial”.
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Zona superior de la atarjea del Molino de la Fábrica de anís. Foto:José Millán. |
Para encontrar las primeras
referencias arqueológicas de este Puerto de
Brenes
hemos de remitirnos, como en
muchos otros casos, a finales del siglo XIX , tiempos en que
el
afamado arqueólogo Bonsor, miembro de la conocida por entonces “Sociedad
Arqueológica de Carmona” realiza diferentes prospecciones arqueológicas
en la zona que se centran
como era
habitual en las necrópolis, excavándose diferentes túmulos prerromanos en los puntos
más
elevados del Puerto y
reconociéndose a este enclave como un
asentamiento romano de cierta importancia en base a los innumerables restos de
edificios presentes sobre el terreno. La referencia
más interesante en relación a nuestra mina que
hemos encontrado
son
los estudios realizados muchos años más tarde
por el profesor Collantes de Terán. Transcribo
un interesante párrafo extraído de la
“Base de datos del patrimonio inmueble de Andalucía” refiriéndose al Puerto de
Brenes y
que resume estos
trabajos arqueológicos.
“Restos romanos parcialmente excavados
en la zona de paso o Puerto de Brenes. Este puerto contiene gran cantidad de
agua de manantial. Collantes efectuó una excavación en lo que siempre se creyó
fueran unas cisternas romanas.
Según Collantes, "vemos el camino jalonado a la derecha e izquierda por
numerosas basas de columnas de buen tamaño y otros elementos constructivos
trabajados en la piedra del país, que formaron parte de unas termas romanas que
existieron en aquel lugar, según se deduce de los escasos restos conservados,
de los que pudimos explorar, aunque muy superficialmente, algunos a manera de
baños o pilones de mampostería con el característico enlucido de cal y pequeños
fragmentos de cerámica y grava menuda. Uno de estos pilones está pavimentado
con ladrillos romboidales. También observamos un conducto formado por dos
hileras de sillares, cubiertos por losas. Todavía recuerdan algunos carmonenses
haber visto las basas a que antes nos referíamos ordenadamente dispuestas en
sus primitivos emplazamientos, formando un atrio o patio porticado, y en el
corte del alcor, que forma el puerto, existió hasta hace poco, no muchos años,
un conducto tallado en la roca calcárea que era practicable en un largo trecho”
El conducto que describe como “compuesto
de sillares cubiertos por losas” es sin duda una conducción de origen romano y
por desgracia ya ha desaparecido , pero es seguro que recogía el agua de la mina y la encauzaba a
los edificios que describe Collantes. Hay que señalar que actualmente toda el
agua que circula por la mina brota por la atarjea de la fábrica. El conducto tallado en la roca que se menciona
no es más que una de las galerías de la
mina que se dirige hacia el cantil rocoso. Nosotros hemos podido localizar esta entrada ha día de hoy taponada desde el interior, ya que
hemos accedido a la mina por uno
de los pozos o puteis superiores.
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Molino asociado al de la Fábrica de anís en un total estado de abandono.Foto: José Millán. |
Historia de las exploraciones y descripción de la mina:
En enero de 2013, D. Jose Antonio
Rodriguez, gerente y dueño de la Fábrica de Anís Los Hermanos propuso a la AAES
la posibilidad de investigar las
conducciones subterráneas de agua
que
abastecían la fábrica y que según nos comentó provenían de una mina excavada en
el alcor, cosa sabida por
referencias
verbales de los anteriores propietarios de la fábrica. Estos túneles habían
sido objeto de mantenidos y reparaciones en el pasado para garantizar el caudal
de agua que alimentaba a los molinos y posteriormente a la fábrica,
pero
ya
hacía mucho
tiempo que esta actividad de
mantenimiento había cesado, tapándose las bocas de acceso a la mina por lo que
se desconocía cual era su estado actual. Lo cierto es que el caudal de agua que
circula por la atarjea es ciertamente importante y sobre todo constante durante
todo el año, así que al menos los conductos subterráneos
no debían estar colapsados.
Intentamos acceder a la mina
por la estrecha acequia que alimenta la
atarjea pero la invasión
de parte de la galería por grandes raíces y
el mal estado de algunas losas de la cubierta nos hicieron desistir, no
obstante pudimos comprobar, tras avanzar unos metros que era un conducto de una
gran longitud. Seguidamente exploramos la zona inferior del molino donde se
encontraban en su día los rodeznos, examinando todas las estructuras de origen
romano que están en parte sumergidas, realizando algunas fotos y una grabación.
El siguiente paso fue el reconocimiento de dos pozos o lumbreras situadas sobre
la colina que preside el Puerto a una distancia de unos cien metros una de otra
y que seguro debían ser registros de
acceso a las galerías. Para ello tuvimos que levantar las dos grandes
losas de hormigón con las que se habían
cubierto en épocas recientes. La primera de ellas y más próxima a la fábrica
era un pozo típico de mina
de sección rectangular y de unos 15 metros de
profundidad. La zona superior estaba rematada con un arco de ladrillos sobre
muros del mismo material, la tipología de los ladrillos podría ser
romana aunque no los llegamos a medir. La estructura se encontraba en muy mal
estado estando el muro parcialmente desprendido, las paredes del pozo se habían
derrumbado en gran parte y algunas zonas aparecían en un estado muy precario y
descompuesto, los escombros habían tapado casi por completo la galería inferior.
En tales condiciones no nos atrevimos a bajar pero introducimos una cámara de
video con la que pudimos grabar el agua circulando por un pequeño hueco
existente
debajo del derrumbe.
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Cabecera
de uno de los pozos de acceso a la mina rematada con un muro de
ladrillo y bóveda parcialmente derrumbada.Foto:José Millán. |
El otro pozo tenía unas
características similares pero
no era
tan profundo, tan sólo unos siete metros, las paredes
no estaban
en tan mal estado pero la cabecera en este
caso estaba
compuesta, como suele ser lo
habitual, por piedras encajadas que se encontraban sueltas y en una estabilidad
precaria, por lo que desistimos de descender. Cuando introducimos la cámara pudimos
comprobar
la existencia de una galería de
mina por la que circulaba un exiguo hilo de agua. Con esto concluimos la
primera fase de la
exploración, quedando
pendiente volver e intentar afianzar la cabecera de este pozo para descender a
la galería con seguridad.
Durante el año 2013 y casi todo
el 2014, nuestras exploraciones han estado centradas
en la cercana Mina de agua de Alcaudete, donde
ya hemos podido topografiar y estudiar
un total de casi cuatro kilómetros de galerías
por lo que no ha sido hasta finales de este pasado 2014 cuando hemos retomado
la exploración de esta interesante mina. A finales del mes de
Diciembre nos desplazamos a la zona para
intentar realizar
la primera exploración
del pozo de mina menos profundo. Teníamos el
objetivo de afianzar la cabecera
y descender con la ayuda de una estructura de
acero que colocaríamos sobre la vertical. Una vez destapado el pozo y mientras
valorábamos los trabajos descubrimos que a apenas tres metros del
pozo abierto
existía
una sospechosa losa de hormigón de pequeño
tamaño y
que parecía tapar un nuevo pozo.
Su cercanía nos despistaba bastante
ya
que no es habitual encontrar pozos de mina tan cercanos pero decidimos probar
suerte. Cuando descubrimos la losa nos encontramos
con un nuevo pozo cuya cabecera en este caso
estaba formada por un muro de ladrillos rectangular de un metro por cincuenta
centímetros de ancho y de al menos tres metros de profundidad, aparentemente
se encontraba en un excelente estado de
conservación a pesar que se observaba un ligero desplazamiento de algunas
hiladas de ladrillo por movimientos del terreno. Cuando medimos la
profundidad total del pozo
observamos con sorpresa que era
unos cinco metros más hondo que el pozo paralelo,
la mina tenía dos niveles.
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Accediendo al pozo revestido con ladrillos. Foto: Miguelangel Bernal. |
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Detalle del revestimiento superior de ladrillo. Foto Manuel Bernal. |
El muro de ladrillo esta formado
por piezas colocadas en una sólo hilada
con unas dimensiones
que va de
28,9 a 30 cm. de largo
y un ancho que va
de 21,3 a 22 cm. para un grosor bastante constante de unos 6 cm. El aparejo es
mixto alternando hiladas de ladrillos a soga y a tizón, se han utilizado
ladrillos rotos o cortados en algunos puntos No se aprecia ningún tipo de
argamasa que los una y los muros
tienen
una profundidad de unos
tres metros y unas dimensiones en la base de 1,20 m. por 80 cm. y en la coronación
de 1 m. por 50 cm. La tipología de estos ladrillos es claramente romana y totalmente
similar a los
encontrados en otras minas
como la de Alcaudete o Alcalá. Tanto en el muro de ladrillo
como en el resto del pozo excavado en la
roca
existen
mechinales
dispuestos a ambos lados para introducir los pies o costeros, algunos de
los ladrillos de base del muro se habían quedado casi totalmente “volados” y
sin sustento por la degradación de la roca, no obstante este hecho no parecía
hacer peligrar la estabilidad de la estructura.
Se trata sin duda de un pozo muy
peculiar y que debía de tener una
funcionalidad distinta a la de un “putei” convencional. La primera
circunstancia extraña es
que se encuentra a
apenas tres metros de otro pozo que tiene un
remate superior normal de putei, a base de
piedras encajadas. Los revestimientos superiores de los pozos son normales en
todas las minas
de agua
en los Alcores
ya que suele existir
un estrato de arcillas rojas
de un grosor variable sobre la roca calcarenítica
que es salvado utilizando piedras de la propia excavación y
normalmente sólo encajadas entre sí sin ningún tipo de argamasa. Lo llamativo en este caso es la utilización del ladrillo con idea de dar una mayor solidez a la estructura.
Otro aspecto curioso es su forma cónica, siendo la base mayor que la coronación.
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Detalle del ladrillo de tipología romana con que estan hechos los muros superiores del pozo , sus medidas son 29X21,5X0,6 cm. Foto:José Millán |
Parece claro que este pozo tenía una funcionalidad especial, quizás estos muros
sirvieran de base a una construcción superior ya desaparecida, ya que en las
inmediaciones
encontramos restos de lo
que parecen muros o cimentaciones
hechas
con toscos sillares de piedra.
Las
coordenadas de este pozo y que para nosotros será el punto de referencia y
origen de la topografía
son: 265123,4
X,
4149272,4 Y, 240 m.s.n.m,
USO 30. El pozo esta situado en una zona
elevada a unos veinte metros a la derecha de la pista que baja desde la rotonda
conocida como “Rotonda de los Caballos” en la carretera A-398 Viso-Carmona a la
Fábrica de Anís y al Cortijo de la Bóveda. El pozo da acceso a dos galerías
situadas a diferentes niveles; Cuando descendemos encontramos una galería
colgada
situada a
6,4 metros de profundidad y con una dirección
de 295º por la que cae un hilo de agua, si seguimos descendiendo alcanzamos la
galería inferior situada a 10,8 metros de profundidad y por la
que circula actualmente toda el agua de la mina.
En las paredes del
pozo se aprecian
huellas
de
desgaste en la roca producidas por los
intensos caudales de agua que se han precipitado desde la galería superior a la
inferior. La pared inferior
esta
cubierta por gruesas formaciones
generadas por chorreo
y que evidencian una
gran antigüedad.
En la ventana que
comunica la galería superior con el pozo
hay restos de un muro de ladrillo
de un metro de altura
que podría haber tenido la función de represa
para conseguir un cierto nivel de agua, lo que queda evidenciado por las marcas de antiguos niveles de agua, que superan el metro de altura. La tipología de estos ladrillos es
similar a los del pozo. Empezaremos describiendo la mina por la galería más
alta:
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Detalle desde la base del pozo de entrada a la mina , a la derecha se aprecia la galería colgada que accede a la zona superior de la mina.Foto: Pilar Orche. |
Galería superior:
La galería superior
esta excavada en la roca que
presenta una consistencia más
blanda de lo normal pues parece contener una importante
cantidad de arcillas. Empieza teniendo unas dimensiones típicas, 1,80 metros de
altura
por un
ancho de 70 cm. (las galerías romanas típicas suelen tener un alto aproximado de 3 pies romanos por seis pies de alto, un pie romano son 0,296 cm.)
y
una
sección rectangular. Ya hemos observado en otras minas como en los terrenos más
blandos se opta por secciones rectangulares que facilitarían una eventual entibación
con costeros de madera, piedra o ladrillo.
La galería toma un rumbo de entre 280 a 300
grados, pasando por debajo de la carretera A-398. Presenta lucernarios de
tamaño normal (10X20 cm.) excavados en la pared izquierda según avanzamos y a
distancias regulares de unos sesenta centímetros, algunos aún conservan restos
del hollín de la llama. El sentido de excavación hacia el interior
esta
bien identificado
por las marcas de herramientas y la
situación de lucernarios en el lado izquierdo. En la pared derecha y espaciados
a distancias de unos diez metros encontramos grandes huecos u hornacinas
excavadas para depositar vasijas con aceite. Estamos ante una técnica de
excavación de minas
genuinamente romana
y que es la siguiente:
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Galería superior de la Mina de la fábrica de anis. Foto: José Millán. |
Cuando un equipo
iniciaba la jornada de trabajo en el frente
de
mina se
excavaba una
hornacina en la pared derecha para depositar una
vasija de aceite
con la
que recargar las lucernas durante toda esa
jornada, luego se excavaba un lucernario pegado al frente de
excavación
y a la altura de la cabeza
con idea que estuviera lo más próximo posible a la pared y delante de la cabeza para no generar sombras, lo
que dificultaría una buena visión. Creemos que al agotarse
el aceite de la lámpara y en el momento de
recargarla se excavaba un nuevo
lucernario casi a ras del nuevo frente de excavación y así sucesivamente. Esto
explica que donde la roca es más dura o la galería es más alta
los lucernarios estén más juntos y viceversa.
Este sistema permitiría además controlar los turnos de excavación simplemente
contando lucernarios y relacionándolos
al tiempo que tarda en gastarse el depósito de
una lucerna. Las distancias entre hornacinas nos dan idea de cuales eran las
distancias de roca excavadas por jornada o equipo. Ya hemos hablado de estas
técnicas de minería romana en los
estudios de lucernarios
que hemos podido realizar
en
la mina
de agua de Alcaudete, donde hemos encontrado distancias entre lucernarios de
apenas 12 centímetros
cuando la roca es muy dura, y hornacinas
espaciadas a mayores distancias cuando también
aumenta el espaciamiento de los lucernarios.
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Lucernarios distribuidos cada 60 cm. al lado izquierdo del sentido de excavación. Foto: Manolo Bernal. |
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Hornacina para depositar las basijas con aceite. Foto Manuel Bernal. |
La galería discurre sin cambios
durante treinta metros hasta un quiebro de casi
90º grados que tras unos tres metros
conecta con un primer pozo o puteis, el quiebro puede ser debido a un
error en el rumbo de excavación ya que la galería esta excavada en un único
sentido hacia el pozo. También podría haber sido realizado a drede para frenar
la corriente de agua. Al partir del pozo
y
como era de esperar la galería recupera el rumbo inicial. El pozo es
de sección rectangular, guardando la relación
usual de aproximadamente
1.5X0,90 m. (los puteis en las minas romanas suelen guardar una relación aproximada de 3 pies de ancho por cinco de largo) y esta
equipado con
los típicos
mechinales de apoyo
a ambas caras
del lado más corto del pozo. La cabecera
esta
tapada
con una losa de hormigón
reciente
y su
profundidad es similar a la del
pozo anterior, unos siete metros. El patrón
de medida entre puteis
oscila entre los
30 y 29 metros. Estas medidas no son muy
usuales aunque las hemos registrado ocasionalmente en otras minas y que
podría corresponder a un patrón de 10 perticas o 20 passus, (1 pertica son 10 pies
romanos que
son aproximadamente tres metros).
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Putei fotografiado desde su base. Foto: Pilar Orche. |
Las marcas de herramientas de hierro
también nos parecen
algo peculiares en esta zona
ya que no observamos los típicos
picos curvos tan presentes en otras minas y
canteras romanas , se
destacan las
huellas de punteros de percusión y lo que
parecen cinceles o cuñas con los que se atacaron fundamentalmente los techos. En la
pared derecha encontramos una sucesión de grandes alcayatas de hierro clavadas
en las rocas dispuestas probablemente para colocar candiles o sujetar un cable
eléctrico, por su aspecto y estado no deben de tener muchos años, sabemos que
la mina fue durante mucho tiempo objeto de revisiones y mantenimientos por
parte de poceros.
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Huellas de herramientas. Foto Pilar orche. |
Desde este punto recorremos otros treinta
metros de galería sin cambios morfológicos ni de rumbo
hasta alcanzar un nuevo putei.
Se trata de un pozo similar al anterior y
también tapado, en la base del pozo hay una acumulación de escombros que obliga
a pasar sobre ellos arrastrándose y en la galería
posterior y debido al taponamiento
ya encontramos una altura de agua de unos 20
cm. El agua esta estancada pero limpia. Entramos en un nuevo
tramo de 29 metros hasta un nuevo putei, en
este caso
con ligeros quiebros y un
rumbo que vira hacia los 320º. La boca superior de este nuevo putei de unos
ocho metros de profundidad esta abierta (se encuentra en el interior de una
finca particular).
La galería en este sector gana altura llegando
a los 2,2 metros y las secciones superiores de las galerías son ovaladas probablemente
porque la roca es más dura apreciándose, como era de esperar, que las
distancias entre lucernarios se reducen a unos 40 cm. Empezamos a distinguir las
típicas señales de picos curvos sobre la roca. En la base de este pozo
la mina contacta con una cavidad natural o
manantial
subterráneo cuyo lecho esta
completamente seco en la actualidad. En el techo de la galería se observan
cúpulas de disolución que sólo se forman en inundación total y que forman parte
de un conducto natural reexcavado al construir la mina. Estamos ante lo que fue
una de los “manantiales madres" de la mina.
La
cueva forma una sala de unas dimensiones
aproximadas de 3X4 metros
desde la que
encontramos tres continuidades posibles. Dos galerías excavadas y una gran oquedad
elevada un metro del suelo
que da paso entre
bloques de piedra
a un conducto natural, el hecho de que este conducto na haya sido tapado demuestra que era emisivo, probablemnet el principal aporte de este colector.
La primera de las galerías esta excavada siguiendo una galería natural preexistente a la que simplemente se la ha reexcavado el lecho inferior y consecuentemente tiene una forma irregular ,toma una dirección de 300 grados y a los siete metros culmina en un
venero impenetrable. La galería natural que es un conducto de origen freático tiene sección
laminar de unos 1.5X0,4 metros, desarrollado a favor de una pequeña falla
horizontal , que sigue un rumbo de unos 70º y del que se han podido explorar unos cuarenta metros.
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Zona donde la mina contacta con una galería natural, Foto:José Millán. |
La tercera de las continuidades es una galería artificial de dimensiones normales que toma un rumbo de 360
grados y que tras recorrer unos quince metros desemboca en un nuevo putei similar a los anteriores pero con su
base a unos dos metros por debajo del lecho actual de la galería superior. Esta zona ha sido claramente modificada desde su estructura original, estando suelo de la galería recrecido con piedras y depósitos de arcilla, acumulados por el agua. En el acceso desde la galería al pozo se ha construido una especie de represa para retener un buen nivel de agua . El pozo esta equipado con una bomba eléctrica
sumergible . La continuidad de la mina la encontramos descendiendo al agua, donde arranca una nueva galería con un rumbo de unos 280º. Al inicio de esta nueva galería existe una acumulación de piedras y barro que represa el agua en el pozo y que provoca que los primeros metros esten secos, recuperando el nivel de agua a los pocos metros de recorrido. Este último sector de la mina es una galería es similar
a las anteriores con una sección en principio algo más alta de lo normal de
2,20X0,70 m, los lucernarios están espaciados cada cincuenta
centímetros y esta también excavada hacia el
interior. En este sector si apreciamos las huellas típicas de picos curvos
tanto en paredes como en techos y la roca es mucho más consistente
que en las galerías iniciales,
tiene las secciones superiores predominantemente ovales y una altura de agua de
unos setenta centímetros. Recorridos 17 metros alcanzamos un nuevo putei, en
este caso rectangular y con medidas típicas, esta tapado por una losa de
hormigón
y su
profundidad es de unos ocho metros. A partir
de este punto la altura de la galería se va reduciendo poco a poco, pasando de
los 2,20
a 1,40 metros
hasta llegar a un nuevo putei similar al
anterior y situado a treinta metros. Desde aquí sólo nos quedan unos 29 metros
para llegar al final penetrable
de la
galería, producido por un taponamiento de escombros que coincide con un pozo.
Estamos a la altura del polígono de Brenes, delante de unas naves industriales.
La dirección de la galería en todo este tramo es de 300 grados, el desarrollo
total hasta el taponamiento es de 196 metros y la profundidad prácticamente
constante. A lo largo de la galería se aprecian antiguas marcas de niveles de
agua de algo más de un metro de altura.
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Zona final de la galería superior de la mina antes del taponamiento. Foto: José Millán. | | | |
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Trazado de la mina superpuesto a la foto aérea. |
Galería Inferior:
La galería inferior se desarrolla en dos
direcciones, más o menos paralelas al cantil rocoso del puerto. El agua circula
desde
un conducto de ladrillo situado en
la zona inferior de una galería casi totalmente taponada por sedimentos, pasa por la zona inferior del pozo y entra en un nuevo
conducto de ladrillo similar
que tiene
una dirección de
220º. Las dos galerías
están revestidas con una bóveda de ladrillo de 60 cm. de ancho y apenas 40 cm.
de altura. Hemos podido estudiar con detalle la parte revestida de la galería
que recibe el agua ya que la otra esta prácticamente oculta por sedimentos. En
la zona superior del arco de ladrillo
se
aprecia la galería original excavada en la roca y que ha sido rellenada por
completo con tierra. Hemos podido comprobar
que el conducto artificial
tiene una longitud
de unos tres metros tras los que se abre de
nuevo la galería en una especie de sala, para volver a cerrarse en un nuevo conducto de
ladrillo similar al precedente. Sabemos que esta es la
galería que lleva agua a la Fábrica de Anís, ya que tras la exploración el agua
estuvo saliendo embarrada por la acequia
durante varios días. Parece que la mala
consistencia de la roca muy arcillosa obligó a construir las conducciones de
ladrillo y cegar la galería original
por
lo que la exploración de este sector es por ahora inviable. Los conductos de
ladrillo son muy interesantes; están construidos con varias hiladas de
ladrillos dispuestos a soga en los laterales sobre los que se sustenta el arco de medio punto. Los ladrillos son similares
a los que forman el
muro de entrada al pozo con unas medidas de 29,2X21,8X6 cm. Entre los ladrillos de la zona superior encontramos algunas piezas algo más pequeñas de 14,8X27X3
cm. que estan rotas y puede ser una restauración posterior ya que no existen en el resto de arcos de ladrillo que hemos podido estudiar . No hemos apreciado ningún tipo de mortero que los una.
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Detalle del conducto de ladrillo de la galería inferior. Foto: Manolo Bernal. |
En el
sentido contrario , que es de
donde viene el agua, encontramos un conducto
de ladrillo similar, enterrado bajo sedimentos arcillosos
y que tienen el aspecto de ser acumulaciones de sucesivas limpiezas de la
galería. En este caso la galería no esta totalmente taponada y podemos acceder por un hueco entre el sedimento y el techo,
que tiene un metro de ancho y
apenas
treinta centímetros de altura. En este punto encontramos una bifurcación a la derecha
de dimensiones muy reducidas que no es
mas que una antigua galería excavada en la roca y
colmatada casi hasta el techo por los mismos
sedimentos que la anterior
y de la que
hemos podido recorrer unos ocho metros, hasta un paso impenetrable
pero tras el que se aprecia la continuidad de
la galería. En el techo se han formado gruesas estalactitas de una longitud de al menos 20 cm. lo que sugiere que este conducto en este punto puede llevar taponado muchos años. No descartamos que bajo el sedimento pueda existir un conducto de ladrillo que en su día llevara el agua al exterior.
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Galería semi taponada que en su día salia al cantil rocoso del puerto. Foto: Manolo Bernal. |
Sabemos por la topografía que es
esta
la galería que sale al cantil
rocoso del puerto
y debe ser a la que
alude Collantes. La salida al exterior de este conducto ha de estar localizada
en un recodo en la roca, a la derecha de la
pista que baja hacia la fábrica y
en la
que existe una higuera y restos de lo que
parece una antigua acequia, de hecho en el suelo de la galería y en el último
punto explorado existen grandes raíces procedentes probablemente de esta la
higuera. Por las descripciones que hace Collantes esta debía de ser la galería
que suministraba agua al conducto de sillares y losas que se describe en el
articulo citado lo que nos induce a pensar que esta debía de ser una de las
salidas originales de la mina.
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Punto en el cantíl del Puerto donde según la topografía estaría una de las salidas de la mina, hoy taponada. Foto: José Millán |
Volviendo al conducto inicial habremos de continuar “arrastrándonos” unos 18 metros más hasta
que conectamos con una nueva galería de
1,80 X0,70 m. donde aparece el otro lado del
conducto de ladrillo. Sobre los sedimentos de relleno encontramos algunas
tégulas amontonadas. La pared de la galería esta muy erosionada y no son visibles las
huellas de herramientas pero si los lucernarios, situados
en el lado izquierdo según se avanza a
distancias de entre 60 y 80 cm. la zona superior de la galería tiene una sección ovalada. Tras
recorrer doce metros encontramos lo que parece un pozo inacabado y excavado
desde abajo aunque tambien podría ser una pequeña cavidad natural reexcavada.Ya hemos hallado lo que parecen pozos a medio hacer en otras minas como la
de Alcaudete y que sustenta la teoría de que algunos pozos pudieron ser excavados desde
el interior. Tiene una sección sensiblemente rectangular y de dimensiones normales de 1X0,5 m. En este caso y como pasa en los casos de la mina de
Alcaudete
la profundidad de la galería
respecto al suelo es de apenas 5 metros lo que por supuesto
favorece esta “excavación inversa”. El pozo
esta lleno de formaciones por el intenso goteo que existe ene esta zona,
algunas tienen un grosor considerable, de hecho encontramos formaciones muy
desarrolladas a lo largo de todo este tramo.
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Detalle del conducto de ladrillo cubierto por sedimentos. Foto: José Millán. |
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Restos de tégulas entre los sedimentos. Foto José Millán. |
Tres metros mas adelante
encontramos un putei completamente taponado por
piedras que parecen colocadas desde el interior formando una bóveda, el
taponamiento es muy antiguo porque las piedras están cubiertas de
formaciones. Desde este puteis taponado recorremos un largo
tramo de 42 metros de galería hasta el siguiente , con un rumbo
constante de 20 grados y
con alturas que
oscilan entre los 1,5 y 1,8 metros para un ancho de entre los 50 y 60 centímetros. Hay
niveles de agua muy marcados en la roca que están un metro por encima del nivel
actual. Las paredes de este nuevo pozo están completamente cubiertas de
formaciones, tiene una profundidad de unos cinco metros y la cubierta esta tapada
con una losa de hormigón. La base del pozo esta parcialmente cubierta de
bloques de piedra y al otro lado encontramos un tramo de galería de cinco
metros cuya altura se reduce a apenas 1,20 m. y que acaba en un nuevo conducto
de ladrillo de unos 20X30 cm.
pero en
este caso rectangular
,la zona superior
de la galería esta completamente taponada con bloques de piedra, en este punto
culmina la exploración. El agua no parece brotar del conducto sino del suelo, quizás exista un taponamiento y el agua haya acabado por buscar su camino bajo el suelo.
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Detalle de las formaciones parietales que se han desarrollado a lo largo de la galería inferior. Arriba a la derecha se puede apreciar lo que podría ser un pozo inacabado y excavado desde abajo. Fotos: José Millán. |
La galería tiene un desarrollo
total de 84 metros y una dirección muy constante de unos 25 grados. La posición
de los lucernarios y marcas de herramientas indica un rumbo de excavación hacia el interior. Las
distancias entre puteis en principio siguen el mismo patrón que en la galería
superior, unos treinta metros, 10 pérticas,
pero luego esta distancia aumenta hasta los 42
metros, distancia que también nos resulta común por haber sido registrada
recurrentemente en uno de los sectores finales
de la mina de Alcaudete, 42 metros son 14
pérticas o 28 passus. Esta galería discurre paralela a la carretera y pasa por
debajo de un grupo de viviendas en la Calle Bonifacio IV. Sabemos que alguna de
estas viviendas tiene pozos de acceso a la mina aunque de momento ningun propietario nos ha
permitido acceder a ellos. Pasado este grupo de casas y
a 350 metros del último punto explorado de la
mina encontramos un pozo tapado con una cúpula al lado de unas estructuras del
Siglo XVIII. compuestas por aljibes y acequias, podría tratarse de un putei de la mina así que haremos gestiones con el
Ayuntamiento para poder destaparlo y explorarlo y así intentar
completar el trazado aproximado de la mina.
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Detalle de dos sectores de la galería inferior donde se pueden apreciar la diferencia de alturas y las marcas de antiguos niveles de agua muy superiores a los actuales. Foto: José Millán |
Conclusiones:
Estamos sin duda ante un sistema
de captación y conducción de agua destinado a alimentar grandes edificios de
origen romano y que no han podido ser, por falta de excavaciones y estudios
identificados claramente. El Puerto de Brenes
fue sin duda un enclave
importante en el
ámbito rural de la Carmo Romana. Collantes habla del hallazgo en el lugar de
basas de columnas, cisternas, baños y pilones de mampostería y lo que cree
fueron unas termas por los restos del característico enlucido de cal
impermeabilizante “opus signinum”
y pequeños ladrillo romboidales; sin
olvidarnos de
las cimentaciones de la Fábrica de Anís que habría que incluirlas dentro
de este potente
yacimiento que ha
de
encuadrase cronológicamente
en el Alto Imperio Romano. Algunos
investigadores han puesto en entredicho
que estos grandes edificios fueran realmente termas, proponiendo la
hipótesis de que fueran
curtidurías, establecimientos que estarían más en concordancia con un enclave rural, máxime cuando ya han sido hallados restos
de
grandes termas públicas como las de
las
Calles
Pozo Nuevo o Juan de Ortega en el centro de la
ciudad o las del Cortijo de la Bóveda, que están situadas a un kilómetro de esta emplazamiento en dirección a la Vega.
De todas maneras, bien fueran termas curtidurías o simplemente grandes
Villaes rurales lo que existiera en este puerto
habría de ser lo suficientemente importante
para justificar la construcción de un sistema de abastecimiento de agua
de las características de esta mina. En
cuanto a los sistemas constructivos observados vemos como son casi totalmente coincidentes
con los existentes en otras obras
subterráneas similares y que hemos
tenido la oportunidad de estudiar en los Alcores. Creo que a estas alturas ya podemos a considerar que el los Alcores se desarrolló una intensa y eficiente cultura de ingeniería minera hidráulica
por parte de las comunidades romanas
que se asentaron en estas tierras a partir del siglo I antes de Cristo.
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Punto final de la galería inferior en un conducto impenetrable de ladrillo. Foto: José Millán |
Las dos galerías de la mina nacen de acuíferos situados a distinta cota y que se han conectado en un pozo
colector. Las galerías están excavadas siempre
hacia los manantiales lo que podría dar a entender que
primero se localizaban estos, utilizando seguramente técnicas zahoríes y luego se
excavan los túneles desde el colector de salida hasta el manantial, no hay evidencias (salvo en el caso de una galería de corto desarrollo) de que las
galerías hayan sido excavadas, como pasa en otras minas, siguiendo galerías
naturales preexistentes con los característicos
trazados sinuosos y "equivocaciones" (galerías que tras ser excavadas han sido tapadas).
Las dos galerías parecen haber
sido excavadas con técnicas y patrones
similares por lo que deben haber sido construidas
en una misma época. La mala consistencia de la
roca en gran parte de la
galería
inferior ha obligado a la construcción de conductos de ladrillo para
salvaguardar la corriente de agua, rellenándose la galería superior de estas conducciones con sedimentos
arcillosos, probablemente de sucesivas limpiezas.
Los ladrillos empleados en la construcción de los conductos y las tégulas
vienen a reafirmar el origen romano de la mina y de las obras de refuerzo. He
de decir que hemos realizado una comparativa tipológica
de ladrillos de todas las estructuras
medievales existentes, molinos, atarjeas, etc. con los de la mina sin encontrar ninguna
coincidencia, correspondiendo las piezas medidas en los molinos al ladrillo típico
de 28X14X0,3 cm.
o 29 X14,5X0,3
utilizado en la
Edad Media. Sólo hemos observado
reutilizaciones de grandes sillares de origen probablemente romano en los cimientos de los molinos.
Las galerías
que hemos podido explorar no parecen presentar remodelaciones notables y
posteriores a su construcción, salvo
algunas evidencias de labores de mantenimiento recientes y un pozo que ha sido parcialemnte modificado. El desarrollo total
explorado es de 387 metros de galerías artificiales y 40 metros de galería natural. Parece que pudieron
existir dos salidas de la mina; la primera situada antes del pozo colector y actualmente taponada y la segunda la que ha día de hoy alimenta a la fábrica de
Anís a través de la atarjea. Por tanto creemos que la mina habría de abastecer a dos
edificios o asentamientos situados a una distancia de unos cien metros. El primero el que
identificó Collantes junto al camino del Puerto y el segundo el que esta bajo
la fábrica de anís. Collantes habla de grandes cisternas, depósitos y conductos desde los que se distribuiría el agua, esto puede justificar que en la mina no encontremos evidencias de que se haya buscado capacidad de almacenamiento y sólo de conducción, hecho que si esta presente en otras minas donde las galerías han sido excavadas a grandes alturas como en el caso de la de Alcaudete. La mina ha
sido reutilizada y mantenida por los sucesivos asentamientos humanos de la zona, siendo el
más destacable el que corresponde a la construcción de los molinos hidráulicos preindustriales en el S.XVIII. y en casos puntuales la finalidad lógica de abastecimiento a fincas y viviendas
Las
posibilidades de continuar la exploración son difíciles pero no imposibles ya
que tenemos pendiente la apertura de un putei cerrado con una cúpula y situado a unos 350 metros de la punta de
exploración de la galería inferior que
podría ampliar el desarrollo o al menos darnos información sobre el trazado
total. En cuanto a la galería superior no hemos encontrado ningún nuevo putei
en las proximidades del taponamiento final y el hecho de que se desarrolle
bajo un polígono industrial limita mucho esta posibilidad porque los que
hubiera seguro que han sido tapados.
Por último creemos que esta mina
habría de ser protegida y puesta en valor como el gran patrimonio arqueológico que es. Desde la AAES haremos todo lo posible para que esto suceda, ya están
comprometidos con la causa
los
propietarios de la Fabrica de Anís, esperemos que también lo hagan las
autoridades pertinentes.
Fuentes comsultadas:
"Base de datos patrimonio inmueble de Andalucía".
"CARTA ARQUEOLOGICA DE LOS ALCORES" de Fernando Amores Carredano.
"Brenes y Guadajoz. Nombres de lugar sevillano de filiación mozárabe". Stefan Rustaller. http://institucional.us.es/revistas/philologia/6/art_13.pdf
"Sociedad y mundo funerario en Tartessos" Mariano Torres Ortiz.
"CARMONA ROMANA". Excmo Ayuntamiento de Carmona y Universidad de Sevilla.
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