La llamada Huerta de Martín Pérez esta localizada unos
dos kilómetros al Este de Carmona, en la Campiña. El acceso más directo es tomar por
la antigua carretera N-IV que parte de la llamada “Puerta de Sevilla” desde el Casco Urbano en dirección a la autovía A-4, recorridos unos tres kilómetros y antes de
llegar a la autovía parte un carril a
nuestra izquierda que nos conduce al paraje conocido como “Cueva de la Batida”,
que son unas antiguas canteras de roca
calcarenita explotadas en tiempos Romanos y Medievales.
Llegados al carril y recorridos unos ochocientos metros habremos de tomar por una bifurcación que sale a nuestra derecha y que pasa por un túnel bajo la autovía .Saliendo del túnel estaremos en la finca, presidida por una fuente-abrevadero construida recientemente. El elemento más destacable del paisaje es su característico torreón medieval y por la que esta finca es tan conocida. En las proximidades del torreón existe una huerta y los restos de un gran caserío. La funcionalidad y origen del torreón sigue siendo a día de hoy incierta ya que no parece estar en un lugar idóneo para la vigilancia, bajo un cerro y no encima de él, ni esta construido con los materiales morfología y consistencia de otras torres de vigilancia existentes en la zona.
La torre tiene una planta
rectangular de unos cinco metros de lado y una altura de casi seis metros. En
la base se observan grandes sillares de roca calcarenita que realmente
desentonan con el grueso de sus muros que son de mampostería combinada en algunos puntos
con ladrillo y que pueden ser restos de construcciones más antiguas. Los muros
se hayan en gran parte enlucidos con mortero de cal y arena sobre los que se
han incrustado en fresco fragmentos de cerámica y pequeñas piedras. Se observan
remodelaciones en los muros que han reconfigurado huecos de ventanas y puertas originales. No
existe la cubierta superior que se ha derrumbado pero si se observan dos
plantas en las que se conservan restos
de la estructura de vigas de madera de los forjados. La zona superior está
almenada, lo que le confiere un carácter defensivo.
En el antiguo libro del
“Repartimiento de Carmona” no se encuentran referencias expresas a esta finca
de “Martín Pérez” pero sí hay repobladores
de la campiña con este nombre sin poderse concretar a cual de ellos hace referencia, si es que hace
referencia a alguno. Lo más probable es que se trate de una antigua torre de
alquería restaurada en época medieval y entregada a caballeros o peones como
donadío o heredamientos. En cuanto a su uso no se puede descartar que pudiera
haber sido usada como molino y su situación próxima a un manantial de agua
puede sugerir un carácter protector del
mismo, como sucede en otros emplazamientos. La finca ha estado habitada hasta
épocas recientes. En una foto aérea del 2002 hemos apreciado que los edificios
principales estaban aún en buenas condiciones, hoy están derruidos quedando los restos de varias dependencias, un
aljibe subterráneo dos albercas y una
huerta que sigue existiendo en la actualidad. El agua que alimentaba toda
la finca sale de la mina de agua que nos
ocupa.
En cuanto al
carácter arqueológico de la finca como antiguo y continuado lugar de poblamiento es muy notable. Aparece
en las cartas arqueológicas como un posible asentamiento romano de Época
Imperial, donde se han recogido, mezclados con cerámicas árabes y medievales innumerables restos de ladrillo, tegulae y
sigillata hispánica. (“Amores Carredano” y “Michel Ponsich”). Las evidencias
reflejan que se trata sin duda de un primitivo asentamiento como mínimo de
época romana asociado a una importante fuente
de agua que como en otros casos en los Alcores mana de una mina excavada en la roca. Nosotros hemos localizado dos murallas de cerramiento, una en el lado Este y otra al Oeste, hacia el Norte la finca está cerrada por un cerro, estando la mina en el eje central de la zona comprendida entre ambas murallas. También hemos localizado al Oeste de la finca y lindando con un gran arroyo que cruza paralelo a la autovía muros de mampostería que aún siguen en pie e innumerables restos de muros desechos. Sin duda fue un asentamiento muy importante. No se
puede dejar de lado la posible relación de este establecimiento con la cercana
Cantera de la Batida, situada a unos
novecientos metros al Oeste. Una explotación de esta envergadura debería de
tener asociado un núcleo urbano formado
por cientos de trabajadores. Las canteras se encuentran a mil
setecientos metros del casco urbano de Carmona y esta finca, como ya hemos
referido, dista menos de un kilómetro. Otro dato importante y que no debe ser
casualidad es la cercanía del emplazamiento al trazado de la Vía Augusta, trazado que se ha conservado
hasta épocas recientes.
Desde la base del pozo arranca una galería con una dirección de 348º grados y sentido descendente que a los pocos metros alcanza el agua, tiene una altura de casi cuatro metros y un ancho que oscila entre los ochenta centímetros y el metro. La galería está excavada en un estrato de caliza tableada lo que le confiere a la galería una forma muy irregular en las paredes y plana en el techo. Se aprecian lucernarios excavados en la roca con marcas negras del hollín de la llama. Recorridos unos quince metros con un nivel de agua de más de un metro alcanzamos un colector formado por un ensanchamiento donde convergen cinco galerías contado también por la que venimos. Sobre esta sala se abre un pozo circular cerrado al exterior de un metro de diámetro y que arroja con el telémetro láser una altura de casi catorce metros.
De la pared
derecha (Este), parte una galería con un nivel de agua muy alto. Hacia el Noroeste
aparecen dos galerías casi paralelas y a
nuestra izquierda (Oeste) arranca una nueva galería que se ciega completamente
a los pocos metros y que creemos puede estar asociada a un pozo sin
continuidad encontrado a unos treinta
metros al Oeste de la mina. Tomando por la galería que se abre más al Oeste y
que toma un rumbo de 294º grados, entraremos en un sector de secciones más
reducidas de un metro y medio de alto por ochenta centímetros de ancho y con una altura de agua de noventa centímetros. A los quince metros un
recodo a la izquierda recoge agua de un manantial que brota del suelo y tras
recorrer otros quince metros culmina en un quiebro de la galería en ángulo
recto donde nace un nuevo manantial también del suelo. En este punto se aprecia
una gran acumulación de fragmentos de roca
extraídos del lecho del manantial, seguramente para mejorar el caudal. Se
aprecian señales de picos de hierro y lucernarios excavados en las paredes, a
distancias de unos dos metros y alternando en pared derecha e izquierda.
También se localizan excavaciones regulares
por encima del agua que por su disposición no parecen lucernarios, sino muescas para poder andar
sobre la galería sin mojarse.
Volviendo al
colector y tomando por la galería que parte casi paralela a esta última en un rumbo Noroeste de 341º grados entramos
en un sector de secciones algo más grandes, más de dos metros de alto por uno
de ancho, por lo que pensamos que esta puede
ser la continuidad de la galería principal de la mina, la altura del agua en esta zona llega hasta un metro sesenta . Recorreremos
unos doce metros hasta un recodo donde nace un nuevo manantial. Es curioso que cada vez que la galería alcanza un manantial esta gire en un ángulo de 90º. Puede sugerir que se excavaba con un rumbo indefinido hasta conectar con un venero de agua que siempre cruzaba perpendicular a la galería excavada. Esta galería
esta también llena de lucernarios y marcas de las llamas.
Sólo nos queda por describir la última de las galerías que parte del
colector en dirección Noroeste con un rumbo inicial de 37º grados y que poco a poco gira hacia
los 70º grados. Esta es la galería en la
que mayor altura de agua encontramos, casi dos metros en algún punto. Tras
recorrer unos quince metros gira bruscamente hacia el Norte y culmina en una
sala con dos manantiales que brotan del suelo. También apreciamos aquí los
lucernarios con sus marcas bien visibles sobre la cálcarenita. La longitud
total de la mina es de 81 metros y su profundidad desde la zona más alta que es
el pozo vertical 15 metros.
Como
conclusiones podríamos afirmar que estamos claramente ante una mina de
abastecimiento de un núcleo urbano. Las evidencias arqueológicas a nivel de
suelo nos remontan al menos a una ocupación romana (sin descartar un
poblamiento anterior a falta de excavaciones) por lo que podríamos inferir y a
falta de otro punto de agua conocido en
la zona que la mina hubo de ser construida por estos primeros pobladores. La mina
tiene unos patrones morfológicos y constructivos que encajan con la tipología de excavación
romana. La ausencia de estructuras de ladrillo (salvo las del pozo de entrada
que son recientes) no permite una datación más concluyente. Ha sido excavada
con iluminación primitiva de lámparas de aceite (lucernas) y excavación de lucernarios (huecos para apoyarlas) técnica
típicamente romana. Existe una galería principal o colector sobre la que se abre un pozo (excavado para la
extracción de materiales) y que recoge el agua de tres galerías recolectoras de
corto desarrollo culminadas en manantiales.
Este pozo tiene casi quince metros de profundidad, esta sellado y tapado y nos
ha sido imposible localizarlo por el exterior, aún sabiendo donde está no queda
ninguna huella ni rastro del mismo. Las aguas convergen en este colector y se encauzan hacia el pozo por el
que accedemos a la mina. La gran altura de la galería principal sugiere que se
buscó cierta función no sólo de conducción sino de almacenamiento de agua, muy
adecuada para épocas de sequía.
En la siguiente foto aérea se dibuja la mina en trazo rojo y la situación de los diferentes elementos encontrados, como el pozo ciego, los restos de murallas en color verde, la localización aproximada de los yacimientos y muros de mampostería y el recorrido aproximado que sigue el agua de la mina hacia la finca y que es impracticable en la actualidad en trazo amarillo.
De la base del pozo de acceso parten lo que parecen dos galerías conductoras completamente cegadas
en la actualidad, probablemente
se hizo para intentar mantener el nivel
agua. Hay una represa de ladrillo que
así parece demostrarlo. Suponemos que bajo el nivel de esta represa se ha
colocado una tubería que es la que conduce el agua hasta la finca. Las direcciones de estas
dos galerías sugieren los emplazamientos de los asentamientos a los que abastecía.
El primero donde está el actual cortijo y donde en tiempos modernos alimentaba un aljibe
subterráneo y hasta donde sigue llegando
el agua en la actualidad, encauzada por
tuberías que riegan la huerta. Creemos que el cortijo está construido sobre el primitivo asentamiento romano. El segundo hacia el Este donde hemos encontrado también
una muralla de cerramiento y restos de edificaciones romanas. Esta galería esta
tapada con ladrillos y podría ser abierta para su exploración.
Otro hecho importante y creo que destacable es que parece que estamos ante una mina a
medio construir o cuyo proyecto de ampliación se paró. Sabemos que la técnica constructiva
sobre la que se desarrollaban las minas era la de primero construir pozos
verticales que luego eran conectados con galerías horizontales. Existe un pozo de unos siete metros de profundidad,
cegado por escombros excavado al Oeste de la mina y una galería
inacabada que arranca desde el colector
hacia este pozo buscando probablemente nuevos manantiales hacia el Oeste y
donde efectivamente sabemos que existen, ya que en las obras de la autovía (que
pasa por esta zona) fue puesto al descubierto un manantial que actualmente es
el que abastece la fuente-abrevadero
existente en la finca.
Parece que
en Época Medieval y hasta tiempos recientes se protegió el manantial mediante estructuras de cerramiento y
defensivas siendo la mayor prueba de ello el curioso torreón con carácter marcadamente militar. Puede que fuera
un punto de agua de vital importancia en esta época y no dejo de pensar en su
relación con la explotación próxima de la cantera de la Batida y la importancia que también esta tuvo en Época Medieval. Sin olvidarnos claro está
de su relación con la Vía Augusta, calzada que perduró hasta época reciente
como una vital vía de comunicación de la Carmo Romana , Islámica y Medieval.
La topografía de la mina ha sido realizada con Telémetro láser, brújula electrónica y clinómetro digital. Los datos han sido procesados con el programa para topografía subterránea "Visual Topo" .El alzado y la planta han sido dibujados con el programa de dibujo Corel Draw.
Algunas de las fotos han sido realizadas por el compañero Manolo Bernal.
Fuentes consultadas:
AMORES CARREDANO, Fernando. Carta arqueológica de Los Alcores: Sevilla. Diputación Provincial, 1982. 84-500-8180-7.
PONSICH, Michel. Implantation rurale antique sur le Bas-Guadalquivir. V. I. 1974, 240.
"BASE DE DATOS DEL PATRIMONIO INMUEBLE DE ANDALUCÍA" Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, Consejería de Educación Cultura y Deporte . Junta de Andalucía.
"BLOG, LA OTRA CARMONA". http://laotracarmona.blogspot.com.es/2009/11/torre-de-la-huerta-de-martin-perez.html
"CASTILLOS NET" www.castillosnet.org
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