sábado, 24 de septiembre de 2016

El pozo romano de la finca del Molino de Viento


Introducción:
            En este caso presentamos el  estudio de uno de los sistemas  de captación de agua  más comúnmente  utilizado en Los Alcores desde tiempos muy remotos y que paradójicamente resulta ser uno de los menos documentados en lo que al  período de ocupación romana  se refiere, entre otras causas por la intensiva reutilización de todos estos primitivos pozos, que en gran medida han sido  modificados en épocas posteriores.
La avanzada civilización  romana desarrolló en los Alcores toda una cultura  de elaboradas técnicas de captación de aguas subterráneas, que, basándonos en las evidencias, debieron ser llevadas a cabo por auténticos profesionales  “fossores”, con amplios conocimientos tanto de minería como de técnicas de  captación y aprovechamiento de veneros de agua y  que pusieron en practica un conjunto de técnicas y sistemas que se repiten de manera sistemática en todas las galerías subterráneas  estudiadas hasta ahora.
 Ya hemos tenido ocasión de explorar y documentar  una serie de minas de agua (algunas de grandes desarrollos) destinadas al abastecimiento, tanto de grandes núcleos poblacionales como de importantes asentamientos agrícolas. En este caso se trata de  una simple estructura compuesta por un pozo y una galería de captación y que, por evidencias, debió ser construido para el abastecimiento de una Villae situada  en el  ámbito rural de las Terrazas, situadas al Oeste de de la ciudad de Carmo,  zona que estuvo intensamente poblada en el Alto Imperio Romano.

Lo cierto es que  la construcción de este tipo de pozos con galerías captadoras es muy común en Los Alcores, y se han venido utilizado hasta la actualidad , pero las características tipológicas y constructivas  de la galería de captación son inequívocamente romanas, lo que sumado a otras evidencias existentes en los terrenos  anexos al pozo nos permiten situar su  construcción  en este intenso y fascinante período de “romanización” de Los Alcores.

Localización del Pozo romano de la finca del Molino de Viento

Situación y contexto arqueológico:
            El pozo se haya situado en una finca  situada a unos tres kilómetros al Suroeste del casco urbano,  frente a los terrenos que albergaron  el zoológico de Carmona ya desaparecido. Esta zona conocida  popularmente como "Siete caminos" , estuvo ocupada desde la Edad Media  por una gran cantidad de huertas y molinos que perduraron  hasta épocas muy recientes. El acceso se realiza  por una pista conocida como “Camino de los Graneros” que arranca desde la Ronda Sur,  frente al Polígono Industrial de Brenes. Las  coordenadas en “universal transversal de mercator”  son: 30S  264137,80 m. E,   4149100,80 m N. y a una altura de 199 m.
El nombre por el que se conoce a la finca “Molino de Viento”, debería aludir precisamente a la existencia de un molino eólico, cosa  muy excepcional en Los Alcores donde tradicionalmente los molinos y norias que se construyeron  fueron de tracción animal (salvo los hidráulicos situados todos en la zona del escarpe) . Hemos de decir que no hemos encontrado documentación que pueda confirmar la existencia del molino de viento citado  basándose esta nomenclatura sólo  en testimonios verbales.
Toda esta zona es arqueológicamente muy interesante por los innumerables restos romanos  que aparecen, acompañados en muchos casos por minas de agua que actualmente están en proceso de investigación. Se trata de una zona muy rica en agua subterránea y  que aparece a profundidades someras, lo que sumado a sus  excelentes condiciones para el desarrollo de la agricultura  debieron ser motivos mas que suficientes para su intensiva ocupación, tanto en época romana como en épocas preindustriales, donde sobrevino una intensiva actividad agrícola y ganadera en la zona. 

Acceso al pozo por un brocal adosado a la vivienda.
La zona donde se haya situada la finca “zona de terrazas”, esta  bien diferenciada de la Vega por sus características orográficas y geológicas pero parece claro , por los múltiples yacimientos que aparecen en la zona,  que también  estuvo intensamente poblada en época romana. Diferentes estudios realizados por algunos investigadores  parecen demostrar la existencia de una parcelación rural romana en esta zona (“ESTUDIO PRELIMINAR DE UNA POSIBLE PARCELACIÓN RURAL ROMANA EN EL TERRITORIO DE CARMO”; Manuel Rubio Valverde) 
http://www.ugr.es/~arqueologyterritorio/PDF8/Rubio.pdf

La zona de Siete caminos  se encuentra también relacionada por proximidad  con una  importante vía  de comunicación entre Carmona y Sevilla conocida como "Vereda del  Álamo" cuyos orígenes hubieron de ser al menos romanos , siendo de vital importancia durante la Edad Média  por ser el camino más corto entre ambas ciudades.
Es muy probable que los  actuales caminos, a cuyos márgenes se sitúan toda una serie de grandes fincas  fueran ya vías de comunicación romanas. La mayoría de investigadores coinciden en que las terrazas estuvieron prácticamente  despobladas hasta que se produjo el intenso período de ocupación romana de los Alcores a partir del Alto Imperio, en el siglo I de nuestra era. Siendo toda la zona ocupada por grandes Villaes y aglomeraciones dedicadas fundamentalmente al cultivo de cereal.
(APROXIMACIÓN AL MUNDO RURAL ROMANO EN EL TERRITORIO DE CARMO;  Elisabet Conlin Hayes. Alejandro Jimenez Hernández. ) 
https://www.upo.es/revistas/index.php/romula/article/view/410/358

Descendiendo al pozo que tiene una profundidad de 20 metros.
Historia de las exploraciones:
El descubrimiento y exploración de este pozo debemos de agradecérselo al actual propietario de la finca D. Roberto Beurno Reguero, que siendo conocedor de nuestras investigaciones de minas de agua en Carmona se pone en contacto con nosotros para que procediéramos a investigar su pozo, ya que piensa que pudiera ser de origen romano, en base a una gran cantidad de materiales de esta época que aparecieron durante las obras de construcción de la casa. También nos comenta que la finca actual esta construida probablemente sobre un antiguo molino y que dicho pozo estuvo equipado con una noria que ya no existe. El tema me parece sumamente interesante así que realizo una visita a la finca para examinar el pozo, y bajar la cámara de vídeo y comprobar la existencia de galerías. Efectivamente la grabación revela que existe una galería penetrable en una de las paredes del pozo así que acordamos proceder a la exploración y estudio de la misma, cosa que hacemos unos días después.
Descendiendo el pozo que ha sido reexcavado sobre un pozo primitivo más pequeño.
Descripción y estudio del pozo y la galería:
            Se trata del típico pozo de noria tan común en Los Alcores,   con unas dimensiones de 3,6 metros de largo por 1,70 de ancho y una profundidad de 20 metros. Actualmente esta cubierto por una pequeña habitación desde la que se  accede al pozo  por una trampilla en el suelo, estando equipado con una escalera de hiero para bajar a las plataformas inferiores, donde en su día se instalaron unas bombas. Existe otro acceso al pozo  consistente en un pequeño brocal adosado al muro exterior de la casa y por el que  decidimos bajar , ya que esta justo encima de la vertical de la galería. El pozo esta equipado con una bomba sumergible  y tiene  dos plataformas situadas sobre la superficie del agua donde en su día debieron de estar colocadas bombas de extracción. Nos llama la atención que en una de las paredes del pozo aparezca una única línea de mechinales (los mechinales son pequeños huecos excavados en los laterales del pozo para el apoyo de los píes) ya que el ancho del pozo no permite el descenso con esta técnica, además están justo sobre la galería. También observamos un claro cambio de textura y color de la roca en este punto que delimita perfectamente la existencia de un pozo primitivo sobre el que se excavó el pozo actual, un pozo que según las huellas  debería haber tenido  unas dimensiones muy familiares para nosotros de aproximadamente  1,50  x 0,90 m.  , que son las típicas de un putei romano.


Dos imágenes de la galería que tiene 32 metros de longitud.


La galería se abre a unos 50 cm. por encima del fondo del pozo que en el momento de la exploración estaba en unos niveles de agua de apenas 1 metro. Se trata de una galería excavada a pico de un ancho medio de 0,65 m. y un alto de 1,85 m. teniendo una sección rectangular provocada por el ataque de los techos con una herramienta plana similar a un cincel  de unos 5 cm. de anchura y estando los hastiales abiertos  con el típico pico curvo.
Presenta lucernarios excavados en el lado izquierdo, según el sentido de excavación que es hacia el interior y pegados al techo, en principio a una distancia estandarizada de unos 60 cm. pero a la mitad del pozo cambia este patrón a apenas 15 cm. La causa parece ser un estrato de roca muy dura que aparece en el techo y que se ha respetado parcialmente. Este hecho es muy habitual ya que una excavación más lenta y costosa genera normalmente menores distancias entre lucernarios. También aparecen las típicas hornacinas destinadas a albergar las vasijas llenas de aceite  con la que recargar las lucernas. Existe una primera hornacina a la entrada de la galería y otra aproximadamente a la mitad, justo antes del estrato de roca más sólido. Esto induce a pensar que la galería fue excavada en dos turnos ya que las hornacinas suelen estar excavadas al inicio de un turno de trabajo. La longitud total de la galería es de 32 metros y mantiene una dirección constante de 351 º, culmina en un pequeño venero de agua situado a media altura y que parece haber sido agrandado o barrenado, teniendo una forma sensiblemente circular. Sobre el venero vemos un lucernario que debió ser utilizado para realizar este trabajo de barrenado. Toda el agua que abastece el pozo sale de este pequeño venero y toda la zona se encuentra cubierta de concreciones calcáreas.



Arriba el final de la galería de captación donde se ha realizado un barrenado para facilitar el flujo de agua desde un pequeño venero. Abajo un detalle de los lucernarios en una zona de la galería donde aparecen muy juntos.

Conclusiones:
            Parece muy evidente que estamos ante un pozo romano reutilizado. Esto es un hecho bastante común y que venimos observando en un gran número de pozos-noria, que han sido reexcavados sobre primitivos puteis romanos y que en muchos casos no son más que lumbreras de minas de agua. Las características tipológicas de la galería son inequívocas ya que presenta las dimensiones, técnicas de  excavación, huellas de herramientas y disposición de lucernarios propios de todas las galerías romanas estudiadas. Nos llama mucho la atención  el barrenado que se ha realizado en el final de la galería para la captación del manantial, ya que no es algo habitual. Introducida la cámara en el interior del orificio no llega a verse el final del mismo y nos planteamos que tipo de herramienta pudo utilizarse para realizarlo. 



Arriba vemos una hornacina , excavada para albergar las vasijas con aceite y abajo una imagen del interior de la barrena realizada en el final de la galería.

Las galerías de captación son muy comunes en las minas de agua y suelen estar excavadas en la base de las lumbreras y con un trazado perpendicular a la galería principal, teniendo longitudes  equivalentes de entre 20 y 30 metros. La misión de las mismas es principalmente la captación de pequeños veneros o filtraciones para añadirlas al cauce principal,  pudiendo también tener funciones secundarias como el  almacenamiento de agua,  alivio de la presión de la corriente  o la decantación de sedimentos. Es el primer caso que encontramos de la aplicación de este tipo de galería a un simple pozo de agua en época romana. La labor de construcción de estas galerías debió de ser acometida por profesionales “fossores”, que aplicaron técnicas y sistemas totalmente similares. Se trata de una obra de relativamente bajo coste en relación a las largas minas de centenares de metros que existen en Los Alcores y que parece apropiada para el sustento de una pequeña Villae de carácter agrícola. Los abundantes restos romanos  aparecidos en las zonas anexas al pozo, tanto constructivo como cerámico,  confirman este hecho.




Finalmente queremos dar  las gracias al dueño de la finca, D. Roberto Beurno Guerrero por contactar con nosotros y permitirnos realizar esta exploración. También a los integrantes del equipo de exploración: Manolo Bernal, Julio Guijarro, Adrián Bustos y Antonio Gonzalez.







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